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Tu lugar dentro de la oscuridad, como la inocente claridad

viernes, 14 de diciembre de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte V

Volví :D
4/??
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Tsuna parecía importarle poco (nuevamente) el estar encerrado, después de todo obtuvo cierta información del mundo exterior como para saciar su curiosidad, además que no era tonto en absoluto. En su armario descubrió que sus prendas estaban todas por sin ningún lado cuando claramente recordaba que así no las había dejado, y eso que siempre hace desorden para reacomodar. Alguien además de su hermano había estado allí con él y estaba deseoso de saber de quien se trataba, así que esperaría a que nuevamente alguien entre y le haga compañía, ya que le era muy aburrido quedarse así. Comenzó a escribir nuevamente en una hoja de papel el como se imagina que es el mundo de allá afuera, sin dejar de lado ningún detalle de los que su hermano le cuenta.

"El último en pie de la batalla, el mundo había caído en manos de la oscura tiranía en la que se cernía el batallón Allure Noir. Todo dependía del héroe del momento y junto a sus fieles guardianes, le harán frente a la maldad que yace en los alrededores del nuevo mundo."

Puntualizó el primer párrafo de su historia y se quedó pensando, el mundo del exterior a pesar de ser terrible, muchos sabían sobrellevarlo y seguir viviendo normalmente, se preguntaba si tenía él esa misma fuerza como los demás para afrontar todos esos oscuros lugares que habían. Suspiró derrotado, dando la razón a su hermano mayor, él jamás podría con lo que le esperaba una vez saliendo de esa habitación, siempre dependería de Giotto y no estaba avergonzado por eso, porque jamás ha aprendido a defenderse, y en cambio ha sabido de la paciencia, la amabilidad, y la comprensión; todas características propias de él, al no conocer lo que es el enojo o la tristeza.

-el mundo exterior si que es aterrador -habló para sí. -¿porqué niisama no hace que sus guardianes también se protejan? ¿porqué no mantienen protegidos a sus hermanos menores? ellos tampoco deben saber como enfrentarse al peligro -alzó la vista para su estantería de libros y sonrió. -se lo debo de decir a niisama cuando lo vuelva a ver, no debe de saber que ellos están indefensos.

Y hablando del Diablo, el rubio tampoco era tonto como para ser ignorante de que sus fieles guardianes hablaban a sus espaldas de algo serio, no sabía qué exactamente, pero tenía métodos para sacarles la verdad ya sea de un modo u otro, y quien mejor para ello que su autoproclamado hermano mayor; Daemon Spade puede ser cruel y despiadado con una poca que se se le provoque, pero también puede ser hasta el mas inofensivo de los cachorritos si se le sabe tratar. Giotto no desperdiciaría los años en los que trató con él para que le ayude en aquella tarea. Lo citó a su despacho muy normalmente, después de citar por puro relleno a G y a Alaude para pedir informes de misiones que obviamente no revisaría, quería despistar lo mejor posible lo que haría. Un par de toquidos secos en la puerta le hizo despertar de sus cavilaciones, dándole el permiso a pasar a quien pronto se asomó un peliazul de mirada afilada y peinado peculiar.

-¿sucede algo, Primo? -entró a paso ligero en la habitación hasta sentarse en las sillas que se situaban delante del escritorio de su jefe.

-es algo serio Daemon -le vio fijamente y se cercioró que nadie mas estuviese alrededor suyo. El aludido ni se inmutó ante la mirada cargada de enojo de Giotto, sabía a lo que iba.

-¿qué tanto me va a costar? -una vez asegurado de que estuviesen solos, soltó de golpe Daemon. -o mas bien, ¿qué tanto pagarás? -sonrió ladinamente.

-quiero que me investigues de qué están hablando los otros muchachos -suspiró para dejar salir la tensión que se formaba. -me ocultan algo y quiero saber que es.

-no sabía que te prestabas para los chismes Giotto -se burló sutilmente aún con su sonrisa.

-no es un chisme cualquiera y como te mencioné, es serio.

-lo que sea que puedan decir los otros o no, debe ser algo que te incluye mucho como para que no tengan la decencia de decírtelo -razonó con su sutileza nuevamente. -quieres saber en qué clase de problemas te están envolviendo ¿no es así?

-¿puedo contar contigo? -le vio con una mirada suplicante.

-¡si compartes el chisme está claro que hasta es gratis! -rió ligeramente mientras se levantaba de donde estaba, si había algo a lo que era débil él, era a la curiosidad, jamás le ha gustado quedarse en suspenso con nada, y su nueva misión incluía su curiosidad que, a cambio de ser saciada no le cobraría a su jefe por la ayuda externa que tal vez requiera.

...

-¿qué? -fue todo lo que la alondra dijo cuando G y Asari se pusieron en su camino, sin darle forma de evadirlos.

-¿qué sabes de Giotto? al grano -demandó G con el ceño fruncido.

-lo que escuché de sus hermanos cuando iba pasando, es todo -simplificó.

-¿qué dijeron ellos? -ahora preguntó Asari, con clara preocupación.

-lo que saben ustedes -se negaba a darles información, por estar molesto por haberse cruzado en su camino.

-Alaude, esto es muy serio así que deja de comportarte como un idiota y di lo que sabes.

-es lo que sé -sin cambiar su expresión continuaba. -sus hermanitos habían dado con la habitación del mocoso que encierra Primo, ¿es eso no?

Ambos guardianes se quedaron viendo unos momentos, sin poder asimilar lo dicho por el rubio cenizo, el cual cabía mencionar que estaba desconcertado, no entendía porque colocaban esa expresión esos dos si eso era lo que se sabía hasta ahora, no quería preguntar pero de todos modos requería saber, para dar por zancada la conversación.

-¿no lo sabían? -arqueó una ceja.

-¿tengo cara de saberlo? -contraatacó el malhumorado G, ahora exasperado.

-¿cómo diste con eso, Alaude? ¿los chicos te lo dijeron?

-no, simplemente los escuché hablar casualmente y di por hecho que estaban hablando justamente de eso el otro día.

-¡¿y te estabas guardando eso?! -el pelinegro estaba conteniendo lo mas que podía al guardián de la Tormenta para que no se abalanzara a la alondra y comenzasen una pelea interminable.

-calma G -intentó ponerlo sobre sus cabales, casi sin éxito hasta que pronunció lo siguiente. -si haces mucho jaleo Primo querrá saber de qué hablamos -aquello lo calmó de inmediato, que dejó de forcejear.

-no estamos como para enfrentar a Giotto de una vez -resopló el pelirrojo.

-mas importante -volvió su vista al rubio cenizo. -¿cómo te estás tomando esto, Alaude?

-¿cómo crees tu? -su faceta de calma estaba ligeramente alterada tras pronunciar esa cuestión. -Giotto está desobedeciendo las leyes constitucionales debidas y las que YO le impuse al momento de unirme a Vongola, si me estoy haciendo de la vista gorda es porque aún no tengo pruebas para un arresto.

-¡¿cómo osas a decir eso, estúpida alondra?! -volvió a agitarse G, tomando al mencionado por el cuello de su chaqueta. -¿arrestarás a Primo, TU JEFE bastardo, por algo que ni siquiera sabes?

-G, un poco de calma -volvió a colocarse en medio Asari, para evitar que la paciencia de Alaude terminase. -sabemos como te sientes, tu eres quien mas conoce a Giotto y que indudablemente lo harás inocente de toda objeción, pero necesitamos saber la ubicación de esa habitación y los motivos suyos que tuvo para encerrar a Tsuna-kun -volteó a Alaude. -¿no que todos somos inocentes hasta demostrar lo contrario? ¿no tenemos algo de tiempo para verificar su inocencia?

-cuentan con tiempo -admitió con algo de desgano, siendo fiel al reglamento. -necesito base y fundamento de peso para justificar la privación de sus derechos a un menor de edad y el derecho fundamental de la libertad... antes de quitarle la suya a nuestro jefe.

Se ganó una mirada fulminante del pelirrojo, tan cargada de odio y dolor que muy apenas logró conmover a alguien tan duro como es el fundador de CEDEF; no es que estuviese hecho de piedra, pero ver a diario tanta maldad en las calles en sus dos profesiones le han hecho incapaz de menguar decisiones ya que el mínimo error lo podría pagar él o su familia o quien sea, por mas malo que fuese aún era humano y protegía y quería muy a su modo a las personas, Giotto era una de esas personas por mas que lo quiera negar y se sentía contrariado y molesto que la persona en quien confiaba plenamente no daría problemas a la ley, está justamente cometiendo el crimen de su vida con su único familiar, cedió la razón a G, de buscar un motivo para que su jefe tuviese ese comportamiento, le conocía lo suficiente como para asegurar que aquello no era normal en él.

Acordaron en ir tras Knuckle y conversar mas calmadamente entre ellos y saber si incluir o no en sus futuros planes a los dos adolescentes implicados. Se retiraron cada quien a la respectiva tarea que tenían encomendada, sin saber que estuvo presente ese ilusionista oculto, dejándose ver una vez seguro que no había nadie mas con él.

-oh... que interesante información me he encontrado -rió ligeramente a la par que desaparecía de la escena.

Sin duda era algo que a Giotto le gustaría escuchar, y él, como buena alma caritativa, le compartiría aquello.
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sé que regreso cada "fin del mundo" pero bueh xD mas vale tarde que nunca no?

jueves, 20 de septiembre de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte IV

cap 3/??
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Para poder hablar con Knuckle, Asari esperó el momento hasta que acabase la ceremonia religiosa a la cual no le prestó atención, inconscientemente por deliberar en sus pensamientos en su debate interno sobre si decirle algo al cura o no. Cualquier movimiento que pudiese hacer lo tendría que hacer en ese preciso momento o perdería la oportunidad hasta nuevo aviso ya que es de conocimiento general que el pelinegro siempre está yendo a misiones mas frecuentemente que los demás por su rol de sanador en un combate y eso le continuaba dando dificultades al no saber exactamente cada cuando se iba y cuanto tiempo demora en regresar.

Tan ensimismado estaba que no se percato que un joven se interpuso en su camino a hablar con el sacerdote, Asari quiso hablar de mala gana al muchacho que se adelantó a su plan y contestar al puro estilo de G pero al verlo detenidamente descubre que al chico que le intentaba gritar era a su propio hermanito, Takeshi, que hablaba tan animadamente con Knuckle que se olvidó por unos segundos en reparar en su aparición.

Takeshi era fresco y de buen carácter, pero eso también le hacía despistado e incorregible, para el japonés su hermanito tenía mas méritos en la sociedad que nadie, con mucha seguridad podía decirlo al percatarse de las miradas y la repentina indiferencia que sus padres le daban al mas joven, siendo éste el que nunca ha recriminado nada a sus padres y a cambio afrontaba los hechos con una pura sonrisa, verle con tan buenos ánimos a veces se preguntaba si realmente estaba feliz en ese momento o lo fingía, de cualquier modo, en él estaba seguro de poder confiar para conversar con el cura.

-Asari-san, ¡que sorpresa! no esperaba verte por aquí -confesó el pelinegro con una amplia sonrisa al percatarse de la presencia de su hermano. -aunque pensándole bien, siempre vienes aquí así que no debería sorprenderme -rió, desconcertando al cura por el sufijo y el respeto que demostró.

-Takeshi-kun, yo debería decir que estoy sorprendido de verte en este lugar -respondió con tanta normalidad, aún confundiendo al tercero. -¿qué te trae por aquí y hablando con Knuckle?

El chico simplemente rió y desvió la mirada una fracción de segundo, lo suficiente para notificarle a los dos adultos que algo traía en su mente, sacando una coartada.

-venía a hablar con Knuckle-sempai sobre donde encontrarte, pero dado a que has llegado ya no sirve de nada -mintió, pero ahora que sabía que estaba su hermano presente su valor del tema anterior se esfumó y optó por la salida fácil. -me adelantaré a casa, Asari-san, nos vemos -les despidió a ambos con la mano y se marchó ágilmente.

-¿qué quería decirte, Knuckle?

-no tengo idea -colocó la misma cara de confusión que el otro, saliendo rápido del trance. -por cierto, ¿no me habías dicho que son hermanos, tu y el pequeño?

-si, lo somos, pero no entiendo a tu pregunta.

-¿porqué se tratan como extraños? es lo que en extremo no entiendo.

-aaah, con que era eso -se ríe ante el comentario, su interlocutor no encontraba lo gracioso. -es cosa suya -comenzó a mostrar una sonrisa apagada. -en casa siempre habla a todos con respeto.

-igual no lo entiendo pero dejemos zancado el tema mejor, ¿a qué has venido hasta mi?

-quería hablarte de algo, pero no aquí -cambia su sonrisa decaída por una habitual. -vayamos donde G para poder hablar mejor, ¿vale?

...

-¿lograste decirle algo?

-no, lo siento -se encogió de hombros y dio una sonrisa ligera. -mi hermano apareció de repente y antes de poder decir nada tuve que inventar cualquier cosa.

-tsk, tu hermano es un perdedor -comenzaba a desesperarse de no salir de ese problema en el que él y el pelinegro se metieron accidentalmente y aunque dijo un par de improperios, Takeshi no se inmutó y simplemente rió. -¿ahora qué? no podremos decirle nada al cura idiota hasta mas tarde.

-tranquilízate, Gokudera -le tomó de los hombros para relajarlo, obteniendo el efecto contrario. -ya encontraremos alguna oportunidad de volver a sacar el tema, mientras tanto hay que volver para saber que mas está pasando.

-sólo porque me preocupó lo que vi, nada mas -el peliplata se adelantó en el paso mientras que Takeshi iba a sus espaldas, procurando no ser descubiertos yendo a la mansión Vongola.

Un par de chicos listos, pero demasiado curiosos, fueron los segundos en descubrir el oscuro secreto de Vongola Primo. Llegando de sorpresa a la gran mansión y entrando sigilosamente para darles un susto de muerte a sus hermanos mayores, lo cual no les funcionó al verse perdidos dentro de la casona. Dieron vueltas y vueltas por pasillos y corredores diferentes, siempre procurando no ser descubiertos por nadie y, accidentalmente descubrieron un pasillo poco transitado y oscuro detrás de un tapiz y un retrato del Cielo donde pasaron con cautela, como un pasillo mas de su recorrido por la mansión hasta llegar con una única puerta de ébano y plata, curiosamente ésta estaba sin llave, Giotto había salido por su trabajo y era cuestión de minutos en que regresase, lo que ellos aprovecharon para entrar a curiosear.

Para su sorpresa encontraron la mas hermosa de las habitaciones recubierta con peluches y los mas exquisitos muebles y retratos que alguien mas pintó, sobre el cielo, las estrellas y hasta incluso los elementos de Vongola elaborados muy estrechamente y de una forma tan bella que era un deleite a la vista. Ambos adolescentes quedaron asombrados en tan increíble lugar que no repararon que había un chico mas con ellos, en la gran cama adornada con velos celestes y azules, cerrados, evitando ver a quien dormía plácidamente. Como es de jóvenes la curiosidad, corrieron las ligeras cortinas con suavidad para evitar despertar a la persona que ignoraba la presencia de los intrusos.

No terminaron de sorprenderse, y ahora estaban confundidos, ¿porqué había un chico parecido al jefe de sus hermanos encerrado en una habitación misteriosa y retirada de lo demás? Algo no les gustaba en ello y antes de poder sacar conclusiones oyeron un ruido, alertando que si no salían de allí próximamente estarían en un aprieto aún mas grave que ese y la única salida era por la puerta en la que habían entrado, para un susto mayor. No tuvieron mas elección que ocultarse en el gran armario de caoba y encerrarse, aunque el armario fuese grande, no era suficiente para dos adolescentes en pleno crecimiento, y para colmo de males, no se agradaban, pero sus disputas en un segundo pararon en seco cuando oyeron la voz de una persona y al chico despertarse.

-niisama, estás devuelta -le sonrió mientras se frotaba un ojo, aún cansado. ¿niisama? ¿acaso la persona que le encerró es su hermano?

-lo siento, Tsuna, hubieron cosas que hacer -se excusó con una sonrisa el rubio hasta llegar con el castaño y besarle tiernamente en la comisura de los labios, sobresaltando a los espías, que intercambiaban miradas de confusión.

-¡¿qué demonios está pasando?! -susurró lo mas que pudo Hayato, no pudiendo ocultar su impresión. -¡¿son hermanos?!

-calma, Gokudera -susurró también, tratando vanamente en calmar a su compañero cuando él también estaba en shock, sin hallar argumento válido para justificar tal acción. -debe haber alguna explicación lógica para algo así.

No pasó ni cinco minutos cuando el rubio comenzó a besar mas apasionadamente al chico, alimentando el morbo y la impresión del momento a los otros chicos. El mas mayor de los presentes comenzó a acariciar la espalda del castaño hasta llegar a la cintura mientras él abrazaba por el cuello al rubio, pegando mas su cuerpo al de él, las manos del mayor iban subiendo y bajando por la espalda del chico, dándole ligeros masajes en las partes en las que llegaban, relajándolo de cualquier tensión que tuviese. No soportándolo mas, Giotto tiró a la cama a su hermanito y él se posicionó arriba suyo, evitando cualquier movimiento a otras direcciones pero Tsuna tenía la mínima intensión de irse, para asombro de sus acompañantes.

-Takeshi-kun, ¡Takeshi-kun! -era la cuarta vez que Asari le llamaba la atención a su hermano durante la hora de comida, el chico estaba mas que distante y con una visible preocupación por algo, ¿por qué?

-déjalo Asari -intervino G. -debe estar fantaseando sobre alguna chica o sus entrenamientos béisbol.

-lo siento, Asari-san, G-san -se disculpó el menor, ganando una reprimenda por parte del peliplata, que estaba sentado a lado suyo mientras que sus hermanos se situaban delante de ellos. -no he dormido bien, disculpen -sonrió para no alertar a nadie, pero ni él estaba seguro de creerse su propia farsa.

Habían sido interceptados antes de llegar a la mansión Vongola por Asari, que al preguntarles el motivo del por qué iban a la zona de trabajo de ellos, no tuvieron mas opción que decir que iban de visita, así que el mayor pelinegro, con una sonrisa adornándole el rostro, les invitó a comer a la gran casa y no hubo mas remedio que aceptar. Ahora se encontraban en el comedor con Asari y G, echando a tierra el plan que tenían de hablar directamente con Primo, o mas bien, de robarle la llave al jefe de sus hermanos para rescatar al chico, que temían lo peor.

-si te sientes tan cansado deberías haberte quedado en casa -su hermano estaba preocupado, pero igualmente el moreno negó con la cabeza.

-estoy bien, Asari-san, un poco de esfuerzo físico he hecho en los entrenamientos, es todo.

-ya veo...

Antes de comenzar una plática con ellos, se apareció el rubio cenizo en el comedor para recoger un par de papeles que el pelirrojo tenía, la alondra no se detuvo a reparar en la presencia de los jóvenes por lo que antes de salir de la habitación, sentencia:

-no lo hagan mas difícil que es molesto -todos voltearon a ver la espalda del rubio, que aún no se volteaba a verles y continuó. -aquí todos sabemos exactamente lo mismo, no perturben mi trabajo -sin mas, se retiró.

¿exactamente lo mismo?

-¿a qué se refiere Alaude, Takeshi-kun? -intentó no mostrarse nervioso, cosa que no le resultaba demasiado a sabiendas de que iba el tema.

-Asari -intervino el pelirrojo, claramente hastiado. -ya se han enterado de lo que ocurre.

Volteó a verles amenazadoramente, mirada que les trasculcó hasta el alma buscando una explicación en la que ambos jóvenes no repararon en dársela, y como si estuviesen ante el mismo demonio comenzaron a confesarse antes de que les fuese peor de lo que ya.

-la culpa la tiene el metido de Alaude -se defendió Gokudera. -queríamos hablar de esto con su jefe.

-¿conocen la situación, Hayato-kun? -el aludido asintió. -G...

-no hablemos mas de esto, y que quede claro -todavía les veía con esa mirada acusadora que tenía, no dándoles ánimos ni tiempo a los menores de decir nada. -no harán nada porque con seguridad harían algo estúpido y estamos para resolver el problema. No se metan -sentenció.

Ya no pudieron seguir objetando nada porque ambos adolescentes llegaron a la misma conclusión, G tenía mirada de bisturí, aquella mirada que saca a flote todos tus secretos al revisarte hasta las mismas entrañas. Asari y G tendrían que hablar con Alaude junto a Knuckle ahora.

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tardé una vida lo sé y lo siento ;W; pero ya estoy de regreso! wii

martes, 3 de abril de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte III

cap 2/??
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En su tanto, dentro de las profundidades de Vongola, Giotto caminaba con parsimonia hasta un oscuro pasillo y antes de adentrarse en éste se cercioró de que nadie le viese pasar por allí ya que se supone que dicho pasillo no existe dentro de la instalación. Una vez asegurado el éxito se procede con cautela, o en su caso, caminar un poco mas rápido que cuando entró y al término del espeluznante lugar se hallaba una única puerta entallada de ébano, con toques plateados a los costados la cual abrió tras colocarle la llave que la mantenía cerrada y pasó con delicadeza para volver a cerrarla detrás de sí.


-Tsuna, ¿estás aquí? -pregunta irónica, pero dado que la habitación es muy amplia, el menor puede ocultarse en cualquier lugar.


Rápidamente un chico en sus 15 años le cayó al mayor desde el techo (Sabrá Dios como llegó) logrando así derribarlo al suelo, donde se encontraban un ciento de peluches de todo tipo de animal, forma y tamaño. El chico comenzó a reír al notar que su plan había funcionado.


-muy gracioso, ¿no? -aún en el suelo, con una mano bastó para derribar también al castaño y colocarlo a lado de él para luego abrazarlo posesivamente.


-lo siento pero estaba aburrido -se justificó a la par que se apartaba unos centímetros de su hermano para poder respirar. -escuché tus pasos y comencé a arreglar todo -dicho eso se levanta del suelo y le tiende una mano al rubio para ponerse de pie.


-parece que te aburres un poco -se puso de pie y miró alrededor. La habitación, que era tan ordenada, limpia y hermosa terminó como consecuencia de una fiesta con droga de adolescentes. -lamento dejarte de lado, pero tengo mucho trabajo como ya te había dicho.


-lo sé, por eso no he pedido que vinieses -sonrió tristemente y luego se echó a andar en el lugar para poderlo reordenar.


Por mas que le doliese a Giotto reconocerlo, últimamente había dejado a Tsuna en segundo plazo y lo mas divertido que tenía el castaño en tan solitario lugar era en desordenar y reacomodar las cosas que él mismo tiraba, algunas veces que su hermano llegaba de visita dejaba la habitación tal cual por unos cuantos días para cuando no hubiese mas quehacer, ponerse a limpiar. Veía películas y leía muchos libros de los que Giotto le compraba pero ya les eran muy aburridos y el escribir o dibujar también le había cansado al tener que hacerlo tanto tiempo; lo que lo salvaba del aburrimiento era una simple campanilla que se encontraba en el umbral de la puerta, a lado del picaporte, una campanilla dorada que al mecerla sobre su mango, emanaba un sonido que traspasaba toda la mansión Vongola, dando un aire de tranquilidad a toda la gran casa y esa era señal de que Tsuna le requería con él. Pero las veces en las que sonaba la campanilla iban siendo cada vez menos ya que la mayor parte de las veces que la sonaba, el rubio no se presentaba y así estuvo una vez a punto de morir por fiebre nuevamente, hasta que Asari siguió el sonido hasta la habitación y le ayudó, después de eso no ha tenido mas contacto con el exterior. Aunque ame a su ángel, incluso había una cosa que él no sabía y temía que se enterase.


-niisama -llamó la atención de su hermano, que también comenzó a limpiar el tiradero del castaño. -¿me puedes contar otra historia del exterior? -sonrió para ocultar sus verdaderas intenciones y se fue a sentar en el borde de la cama, haciendo el ademán de sentarse al rubio quien le siguió obediente.


-¿porqué la curiosidad esta vez? -sonrió sin percatarse de nada. -¿volviste a ver una película a media noche?


-no es eso -rió y sonrió satisfactoriamente. -es que estaba escribiendo una historia acerca de un mundo lejano, pero no me doy ideas de como continuar y si escucho una de tus historias me será mas fácil inventar lo siguiente -bien, no era del todo mentira, lo que realmente escribía era su propia historia, solo que de un modo mas melancólico y solitario, ya no le bastaba con imaginar el mundo real, quería vivirlo pero si se lo decía probablemente le daría un infarto a su hermano.


-¿con que era eso entonces? -el chico asiente. -bien, puedo contarte otra historia de Asari si quieres, sus historias siempre son divertidas -con esa frase su hermanito echó a reír al recordar una pasada.


-también una de G-san, o de Alaude-san, ellos a veces hacen cosas graciosas, ¿o será que me mientes? -le miró con picardía a lo que Giotto colocó una expresión de cachorro lastimado.


-yo nunca podría mentirte -se defendió y de pronto recordó. -también tengo historias que ellos me cuentan de sus hermanos menores.


-¿tienen hermanos de mi edad? -su rostro se iluminó pero disimuladamente se apagó. -¿un día los traerías a la casa para conocerlos?


-lo siento Tsuna, pero ellos están ocupados a como me contaron los muchachos, pero si puedo les tomaré una fotografía para enseñártelas -de algún modo el castaño se tragó el cuento, asintiendo. -bien, por lo que sé, Hayato está en clases comunes y en particulares y después de ello tiene clases de piano, es un chico muy dedicado.


-debe ser muy inteligente.


-lo es -suspiró al saber por donde iba el tema. -también está el hermano de Asari, aunque son tan contrarios.


-¿porqué?


-bueno, digamos que a Takeshi no le gusta mucho estar tan metido en la religión como él, pero es líder de un equipo de béisbol por lo tal se queda hasta muy tarde y apenas en su casa le ven.


-es un gran deportista seguramente.


-y un poco desobligado -rió un poco Primo, seguido por Tsuna. -lamento tener que irme nuevamente, solo quería ver como te encontrabas -dijo con un deje de culpa por como trata a su único familiar mientras se ponía en pie para marcharse del lugar.


-no te preocupes, niisama, regresa cuando puedas -sonrió sin dejar mostrar su decepción. Tanto tiempo encerrado lo había hecho perfecto en las mentiras.


El mayor le besó con dulzura la mejilla y se fue, volviendo a cerrar bajo llave aquella puerta tan alejada del mundo. Giotto se sentía culpable ahora, pero tenía la idea perfecta de como corregir su conducta una vez esté libre de tanto trabajo, se lo arrojaría todo a G o al primero que pase, pero de que verá a su hermano esa noche, lo iba a hacer.


-no jodas -a menos que sea G quien lo evite. Aún atónito por el descubrimiento de Asari. De todas las personas, el pelirrojo podría jurar sin temor a ser en vano que su mejor amigo nunca le ocultaría nada, mucho menos la existencia de aquél familiar que tan seguro estaba de que el rubio le había dicho que estaba desaparecido, ya no quiso saber mas de la historia y, negándose a mas comentarios llegaron de regreso de su misión. Si G tenía un humor volátil cuando le provocaban, hoy era un día donde era preferible morir a estar cerca de él. A pesar de haberse entendido bastante bien con Asari acerca de qué movimiento hacer ahora, estaba exaltado y lleno de nervios al no saber como reaccionar si se encontrase con su jefe en cualquier momento. Por un lado tenía mas ganas de matarlo y darle una larga lista de impropios diciéndole de hasta lo que iba a morir, pero por otro lado primero debía (golpearse con alguna superficie) entender la situación y entender a Giotto, conocer su naturaleza y su forma de ser. Ser tan bruscos con él no ayudaría en nada y él lo sabía, tenía que pensar como el rubio para poder así saber los motivos de tan extraña situación pero tantos pensamientos lo han hecho ausente de toda cosa y eso lo pagaría mas adelante.


Por su parte Asari, ignorante del torbellino de sentimientos que destacaba la mano derecha de su jefe, iba a encaminarse a escuchar las palabras de Dios, una Iglesia apartada de la mansión a la que siempre va al término de éstas para orar a los que habían dado su vida aún si los conociese o no y al llegar al recinto no pudo contener su sorpresa al descubrir al ex boxeador dando la ceremonia de esa tarde. Así que el japonés se propuso a dar su siguiente movimiento, con la persona que le tendría mas confianza dentro de la Familia.


Ahora debía hablar con Knuckle.
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Continuará

jueves, 23 de febrero de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte II

cap 1/??
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Un día bastante común dentro de Vongola comenzó y Asari comenzó a hablar a escondidas con el resto de sus compañeros antes o después de cada misión o encomienda que les daban, quería tener de su parte a la mayor cantidad posible de aliados antes de enfrentar al rubio que con seguridad lo mataba si se enteraba de lo que está a punto de hacer.


Comenzó primero con G.


Pensó que si hacía una misión en conjunto con él, tendría oportunidades de sobra para hablar del tema, lamentablemente, aquel que parecía la "madre" de Primo solo se centraba en su parte del trabajo y lo demás lo dejaba a la deriva, así que el japonés tuvo que fingir no saber cómo hacer su parte así el pelirrojo le daría toda su atención. En un pequeño restaurante de Venecia hablaban de lo que iban a hacer una vez llegando a su destino.


-oye G -trató de llamarlo, logrando obtener la atención de él. -tengo que contarte algo pero debes jurarme que esto no lo sabrá Primo por nada del mundo -colocó su expresión de "esto es importante" por lo tal el italiano no dejó ni un minuto de verlo.


-¿Cuál es el problema? -le vio a los ojos, tratando de adivinar el asunto del que quería hablar pero por mas que pensara no daba con algo que fuese tan malo como para que su jefe no deba enterarse.


-se trata del mismo Primo -G se desconcertó, que él sepa Giotto no era un mal tipo como para que sus subordinados hablasen mal de él.


-¿algo le pasó? -su pequeño "sexto" sentido vibraba, al ser el mejor amigo del rubio sentía que había algo que le ocultaba y finalmente le sería revelado. Por mas curiosidad que tuviese la bien disimuló para no verse tan obvio.


-no es que le haya pasado algo malo -sonrió con nerviosismo para tratar de confortar al pelirrojo, lo cual no funcionó sino todo lo contrario, lo llenó de mas nervios. Tosió un poco para continuar hablando. -¿tu sabías que él tenía un hermano menor?


-¿hermano? -parpadeó un poco y comenzó a indagar en su mente. -creo que si supe, pero me dijo que había desaparecido, si querías saber que fue de él, nadie sabe, fin de la conversación, a lo tuyo -cortó instantáneamente y bajó su vista a los papeles que tenía, pero aún algo en él le daba vueltas, tenía el presentimiento de que Giotto le ocultaba algo desde que el japonés habló. Asari suspiró.


-no es eso G -le quitó lo que veía y volvió a obtener la atención de G, acompañada de una mirada fulminante. -su hermano sí está vivo y no creerás en que modo.


El pelirrojo volvió a desconcertarse y esta vez si lo hizo evidente, no cabía en la lógica común que Giotto, aquel que conoce desde sus seis años, le ocultase un tema tan delicado después de haber escuchado tan trágica historia de lo sucedido al pequeño Tsunayoshi, por un lado quería golpear a medio mundo por el enojo y la indignación que sentía al ser engañado por su mejor amigo. Pero Asari no es de mentir y menos con temas de ese calibre, así que simplemente guardó su molestia y se la tragó para hablar con coherencia.


-¿qué quieres decir con eso, Asari? -le comenzaba a dar un tic en la ceja, que la levantaba cada rato, pero se serenó y le observó con atención.


-Primo mintió acerca de su desaparición o lo que sea que haya dicho al mundo -bajó la voz, como si temiera que Primo escuchase desde donde sea que esté, picando mas la curiosidad de G, que se le acercó para escuchar bien. -su hermano aún vive, y lo peor del caso es que está atrapado dentro de la misma Vongola.


-¡¿qué?! -no pudo evitar alzar la voz y le volvió a mirar. -¿cómo sabes eso?


-un día Tsuna-kun enfermó y por eso le conocí -simplificó.


En efecto, no hace tanto tiempo Tsuna volvió a caer enfermo de gravedad. No es que la habitación en la que está encerrado no fuese 100% efectiva contra los virus, es que desde su fiebre intensa de pequeño, por alguna extraña razón, enfermedades de alta intensidad lo han agobiado y eso ha preocupado a su hermano, y al no saber que hacer tuvo penosamente que recurrir a Asari, que conocía técnicas antiguas de curación y no había nada mas efectivo que él, por lo tal el japonés le contó con pelos y señales todo lo ocurrido a G de ese día y como Giotto le prohibió acercársele nuevamente.


-lo que me dices es demente si me preguntas -volvió a neutralizar su voz el pelirrojo, dando por terminada la historia.


-lo sé, pero no he podido acercarme a saber como se encuentra Tsuna-kun ahora -suspiró derrotado. -solo espero que esté bien.


-ese amor que Giotto le tiene a su hermano es mas complejo de lo que imaginamos -espetó. -por lo pronto no hay nada que debamos hacer, simplemente debemos tomar la defensiva antes de intentar nada, y conocer la situación actual -puntualizó, ganándose un asentimiento de Asari.
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Continuará

miércoles, 4 de enero de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte I

Título: Mi Obsesión
pareja: G27/GiottoxTsuna
tipo: yaoi
advertencias: para entender la historia, primero han de leer la de Lord Queen a quien quiero mucho >w< el link les conducirá al fic


me iré haciendo dos fics de una vez, haré éste projecto, y el projecto 4 que en la siguiente entrada colocaré (porque además tengo el projecto cero que no he hecho...ese en bloc de notas, por eso no está aquí), disfruten xD
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Era su cielo, el más hermoso que cualquier artista desease pintar y el mas cálido que ni el hielo es capaz de enfriar. Si, en efecto su hermano le producía todos esos sentimientos y más.


Pero antes de nada primero se debe de saber qué es lo que le guió a Giotto a encontrarse con esos sentimientos que van mas allá de un amor fraternal. Fue una vez donde sus padres se pelearon por enésima vez acerca de la situación familiar; el padre estaba desempleado y no había mas opción que hacer un montón de trabajos de decencia dudosa y muy desesperantes, la madre, al no poder darles nada a sus hijos se iba en busca de quien le diese. Giotto dejó la escuela a sus once años y ahora con quince, tiene también diversos empleos como su padre, y entonces, su pequeño hermanito de cinco años tuvo una terrible fiebre del cual solo los medicamentos mas costosos (o de "lujo", como le llama el rubio) podrían salvarle la vida. Por algún casual o la mera de las coincidencias, en uno de sus trabajitos, el jefe de Giotto no le pudo pagar con dinero sus servicios y le dio a cambio una botella de medicina, la justa que ocupaba su hermanito para salvarse.


Pero eso no salvó a sus padres, que al llegar a su vivienda no los encontró por ninguna parte, asumió que los abandonaron en el peor de los casos, y a Tsunayoshi (el nombre de su hermano menor) no podía quedarle mas tiempo de vida con esa enfermiza fiebre. Esa razón fue el empuje de su primer beso, al estar delicado el pequeño, se rehusaba a tomar el medicamento por temor a que eso empeorara su estado. Su ángel, o lo que es su hermano mayor, también era joven y tenía sus problemas adolescentes como cualquier otro, su paciencia se agotó de poco en poco al no poder persuadirlo, le tuvo que poner el ejemplo. Un ejemplo inocente donde sirvió en una cuchara un poco de la sustancia y la bebió, luego sirvió otra para él, pero seguía rehusándose y su temor crecía conforme el rubio lo intentaba, también los temores de él crecían si la fiebre continuaba en aumento así que optó otra forma de darle a Tsuna su medicamento. Tomó nuevamente una cucharada de la medicina y la bebió pero la mantuvo en sus labios y se acercó a los de su hermano. En efecto, la medicina pasó de su boca a la del menor y, aunque esa era la idea principal; una vez terminó de colar la sustancia y el niño la haya bebido toda, aún Giotto no quería romper con aquel beso y lo siguió profundizando lentamente.


El beso, a diferencia de con sus múltiples citas, era torpe y tierno para él, con movimientos lentos y poco precisos del menor. No se necesitó mas para cautivar el corazón de su hermano mayor y ello fue la fuerza que ocupó para sacar adelante lo que quedaba de familia.


Ya han pasado diez años de eso, donde Giotto, ahora de 25, había levantado una institución de gran prestigio donde se cuidaban a los más débiles de los abusivos, aunque para ello estuviese de por medio la guerra con los inconformes; aquel sitio que creció inmensamente se llamó, Vongola.


Con el paso del tiempo, Vongola fue ganando amigos y enemigos por partes iguales, y dentro de los subordinados mas leales se destacaron seis personas que Primo (llamado así ahora Giotto) pudo reconocer con facilidad: G, su amigo de la infancia al que siempre lo consideró como su segunda madre. Asari Ugetsu, aunque nunca lo comprendió, fueron buenos amigos e incluso le ayudó a cuidar de Tsuna. Knuckle, apodado así al ser un boxeador de élite el cual ayudó al rubio una vez cuando tuvo problemas con pandilleros. Alaude, no se llevó muy bien con él, pero podía contar con su ayuda cada cuando se la pida. Daemon Spade, el hermano mayor con el que siempre contó, no habían mas explicaciones. Lampo, aquel al que siempre vio como un hermano pequeño, y a veces le daba una grata sorpresa al comportarse como un adulto responsable.


A pesar de que ellos eran devotos a Vongola, Primo jamás les contó la existencia de su hermano menor, que yacía en las profundidades de la organización, encerrado. Sólo Asari conocía a Tsuna y fue porque había persuadido a su jefe hasta convencerlo de decirle, pero no podía conocerlo en persona ni hablar con él. Giotto mas que velar, celaba a su hermanito de quien se atreva a verlo. De no ser porque fue amenazado, Asari pudo haberles contado a los demás acerca del niño pero tuvo que guardar silencio.


Se han de preguntar si el pequeño Tsunayoshi, ahora de 15 años, no se siente absorbido o claustofóbico por estar encerrado desde la creación de Vongola. La respuesta a la cuestión es que no, y no es para menos, Tsunayoshi creció sabiendo que su único familiar vivo era su hermano mayor, aquel al que le gusta llamar "ángel" a veces, y como tal, le contaba el cómo era el exterior y las cosas malas que le deparan si salía de su encierro, le hablaba también de como las personas, por mas buenas que parezcan, no lo eran. Fue tal el susto por las exageradas historias que su hermano le contaba que terminó por aceptar a que éste le encerrase incluso bajo llave en una habitación muy remota de la casa Vongola. Donde nada le faltaba y no ocupaba compañía, mas que la de su hermano y salvo a esa pequeña excepción donde Tsuna conoció a Asari y le cuidó cuando Giotto no podía, fuera de eso, siempre estaba en soledad.


Así como los años permitieron que el castaño creciese para bien, también quisieron que éste se enamorase de su único familiar, aquel que siempre le salvó la vida en mas de una ocasión y esa fue la meta a alcanzar de Primo, que ansiaba que ocurriese. Ignorando que el amor de su hermano iba mas allá de un romance ya que, como ya se sabe, lo ha privado del mundo entero.


Veamos una historia donde no se sabe quién caerá primero, ya que Asari no pretende callar para siempre aquella obsesión de su Jefe.
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bien, espero que esta introducción sirva de algo ^^ luego pondré (si acaso ahorita mismo aunque lo dudo xD) el cap 1 para así dar comienzo a esta bella historia x3

domingo, 1 de enero de 2012

fanfic projecto 1: B26 parte III

No sé cuanto se extenderá esto que según sería one-shot pero ya volví para continuar en donde me quedé y espero terminar pronto xD que será una lata leerlo en fanfiction si sale un fic tamaño familiar luego.
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-sempai, eso no es justo -recriminaba el peliverde. -yo quería ver un momento más sus ojos.
-ushishishi, lástima, no puedo permitir que veas esa abominación de colores que tengo en el rostro -se dio media vuelta listo para abandonar su habitación e ir a quien-sabe-donde.
-no es una abominación su color de ojos -se levantó de donde sea que estuviese sentado y alcanzar al rubio, que continuaba de espaldas. -a mi me parecieron fascinantes.
-¿es eso cierto, ranita? -volteó a verle, incrédulo de lo que dijo, ya que han sido muchas las veces que su kohai le recriminaba un millón de defectos personales, era rara la vez que le elogiaba por algo. -te creo un bledo.


Ahora Fran ya no sabía ni por donde meter sus comentarios, se encontraba sonrojado (mas de vergüenza ante sus propias palabras que nada) delante de Bel, pero no retiraba nada de lo que ha dicho mientras su sempai se acercó nuevamente a él para encararle.


-estoy totalmente seguro, sempai.
-¿sabes? No muchos hacen comentarios sobre mis ojos y luego dicen que son fascinantes -le acarició la mejilla con ternura.
-es porque a nadie le ha mostrado sus ojos y así es difícil de saber si son bonitos, sempai -espetó lo obvio, provocando una leve risa en el otro. -¿qué dije?
-nada, nada -dio un suspiro, divertido y luego añadió. -pero de todas las personas con las que he estado tú eres el primero en saber cómo son mis ojos y hasta en decir algo lindo de ellos. Mi madre no era precisamente una perita en dulce cuando me dio su opinión.
-eso es porque usted buscaba un pretexto para matar a su familia así como quiere que me muera yo. -volvió a declarar lo obvio para irritar a su sempai.


No fue lo suficientemente astuto para lograr su objetivo, Bel, que estaba enternecido antes las palabras dulces con un ligero toque de sabor amargo de su pequeño estudiante. Sin duda esa era la combinación de carácter en una personalidad tan monótona lo que le hacía quedarse tan fiel, estampado al lado de ese ilusionista que siempre vio como amenaza, ahora; casi mágicamente robó su corazón únicamente por ese inocente comentario en ese instantáneo momento, y Fran lo percibió pero solo sabía que algo de lo que dijo (ni recuerda qué, por decir tantas cosas a la vez) le hizo "molestar" al rubio. Inmediatamente trató de hacer memoria pero antes de que cualquier cosa sucediese, Bel aprisionó el rostro del menor con su mano y lo obligó a verle de frente muy cerca de su rostro, provocándole un tenue color rosado en sus mejillas, la distancia entre ellos se vio reducida a cero gracias al príncipe destripador que posó sus labios sobre los del menor. Al principio intentaba no seguirle la corriente (para fastidiarlo mas) pero lentamente se le fue olvidando su plan mental y se fue dejando llevar por las sensaciones y cosquilleos  que sentía del momento, no era una sensación que le desagradase pero se sentía patético al caer con un truco tan bajo, según él, ante la persona que siempre le lastimaba con sus cuchillos, al que consideraba de baja categoría; sin embargo todo eso lo olvidó en segundos, lo que duró su primer beso.


No era de extrañar para nadie en Varia que esos dos siguiesen llevándose mal a pesar de lo ocurrido, ya que unos días después Fran comenzó a alardear acerca del color de ojos de Bel, presumía que era el primero en conocerlos y siempre que le preguntaban por el color les decía cualquier otro con pistas vacías o caminos falsos, "solo sé que con increíbles". Obviamente irritó a su sempai en mas de una forma, pero la culpa la tenía él por darle las armas a su kohai de cómo burlarse de él apropiadamente.


Increíble, por mas cariño que ellos se tuviesen, se odiaban más de lo que se querían. A lo que ambos comienzan a dudar si eso que sienten realmente es amor o puras ganas de joder. La verdad, quien sabe, ellos dirán.
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bien, sin duda esto le da un final a mi fic :D pronto estará en Fanfiction pero primero debo acabar todo lo que tengo en desorden xD gracias por leer las tres partes.

jueves, 15 de diciembre de 2011

fanfic proyecto 1: B26 parte II

Bien! he vuelto para continuar el fic que dejé a medias en la 2da entrada (o no sé cual era) así que disfruten n_n :
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Olgert POV:

Hacía ya unos años que Belphegor y Jill-sama habían olvidado fue, que cuando tenían 6 años ambos perdieron la vista, bueno -se autocorrijió- en realidad quien perdió la vista fue Belphegor, Jill-sama había nacido sin ésta -el desconcierto que tenía Fran se describía en toda su cara pero el mayordomo prosiguió sin importarle. -y para que Jill-sama pudiese tener vista tuvieron que someterle a una operación un tanto chocante, donde al obtener la vista los doctores hicieron un mal trabajo al cicatrizar las heridas que le habían hecho y decoloraron sus ojos hasta quedarse sin color alguno. Con otra operación le regresaron, por decirlo de algún modo, el color pero los tintes que usaron se combinaron con el color original y obtuvo un singular color de ojos, como una heterocromía. Con Belphegor ocurrió lo mismo, tras perder la vista en un accidente.

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-Oh, ya veo -mintió el chico rana, con un aburrimiento visible en su rostro. -así que ése era todo el misterio con lo de los ojos del Bel-sempai y su hermano podrido -hizo énfasis en la palabra subrayada, para hacer notar su decepción.
-¿que esperabas? -inquirió el moreno.
-la verdad -pausó unos segundos. -creía que sería una historia mas interesante ya que siempre Bel-sempai sale corriendo cada que le pregunto por ese tema, de haber sabido...
-ellos no comentan nada de su visión porque se sienten avergonzados.
-¿avergonzados porqué? ¿los colores que tienen en los ojos no les favorece? -se rió con sorna de su comentario (y por risa se puede entender a una mueca hecha que parece una sonrisa). -ya me imagino.
-eso no tiene nada que ver con el motivo -le reprendió Olgert, llamando la atención del chico quien hizo una expresión en su rostro diciendo: "¿entonces que?" -tras esas operaciones, su madre Cecyl, les negó como sus hijos y a pesar que no tenía ningún derecho a tal cosa, prefirió divorciarse y olvidarse de todo lo relacionado a ellos, según esto porque ese tipo de ojos, los de ambos, se relacionaban con el demonio. Eso debió dar motivos a Belphegor de asesinar a toda su familia.
-lo de asesinar a su familia era algo que ya tenía en mente al cumplir los 15, tan solo buscaba un pretexto para sacar a relucir su demencia. -confesó el ilusionista, que hacía días le había recitado lo mismo su sempai. -además que el nombre de "Belphegor" ya es de demonio, eso hace a la madre de sempai una estúpida por no darse cuenta de ello antes. -espetó y añadió. -entonces era todo lo que quería saber, vaya a hacer como que trabaja para el señor podrido. -fue todo lo que su voz cantarina dijo y se marchó de un salto, sacando de quicio también a Olgert.

En su camino de regreso a la guarida Varia iba pensando en todo la información que le sonsacó a Olgert, y acerca del tema del color de ojos, es decir, ¿qué tan mala puede ser la heterocromía? ni que fuese algún embrujo maldito o algo por el estilo, de ser así estaba seguro de que Bel estaría orgulloso de presumir. Entonces... ¿es todo lo contrario y en realidad son colores de Dios, el Cielo y todo eso de la religión? en ese caso se estaría quejando de eso durante toda su vida. Entonces no entendía al desgraciado de su sempai y sus aires de misterio tras esos ojos que le perturbaban la paciencia, sin duda al llegar a casa lo acorralaría hasta hostigarle sólo para saber el color de ojos que tiene, trataba de ver en su mente que podría ser la causa del motivo por el cual su sempai no le revelaría su rostro, sea cual fuese la razón le tenía entusiasmado y emocionado (es lo único divertido que hay que hacer últimamente).

Llegó y como de costumbre no dijo ni pío para hacer acto de presencia hasta que algún miembro lo viese y se diese el susto de su vida al ver, que hacía unos minutos no había nadie, se da una vuelta y al volver la vista se topa con el reemplazo de Mammon viéndole fijamente. Después de esa travesura se aventuró en la habitación de Bel y al notarlo dormido, con suma parsimonia y delicadeza (lo zarandeó) lo despertó.

-sempai... -dejó colgando la palabra con un tono mas y mas chirriante para despertarlo, por lo que consiguió mas bien desesperarlo, una vez logrado el objetivo se apresuró a decirle. -¿tiene colores feos en sus ojos?
-¿eh? ¿ahora a qué te refieres, rana? -se incorporó una vez que el resto de la habitación le dejó de dar vueltas por la vista repentina.
-sus ojos -volvió a insistir. -ya me dijeron que no son normales pero tenga en cuenta que dentro de Varia lo normal toma muchas formas, y usted ya de por si está desquiciado, no creo que sus ojos tengan algo que ver. -aunque la intención de Fran era hacer sentir bien a su sempai, cada palabra iba logrando el efecto contrario.
-al grano rana, ¿quien, donde y porqué te lo dijo?
-el mayordomo de su hermano en casa de ese y porque yo se lo pedí -soltó sin complicaciones.
-¿porqué?
-porque quería saber lo que me ha estado ocultando.
-¿porqué?
-porque es justo que me lo diga
-¿porqué?
-porque me preocupa...¡!

Fran: 0 Bel: 1 / en alguna parte Olgert debe estar diciéndole un gran "¡JA!" por eso, el karma es el arma mas letal dentro de la moral.

Bel no pudo evitar componer una sonrisita por la ternura de su kohai, aunque de expresión gélida, sin duda de corazón tibio, pequeño y ranoso, de inmediato Fran se puso a la defensiva, dando cualquier otra excusa que obviamente no encajaba en la oración ya expresada.

-lo que quiero decir... es que solo yo puedo hacerlo sentir mal.
-mientes, ushishishi
-entonces, ¿me mostrará sus ojos? -¿se nota la desesperación que tenía por cambiar de tema?
-sólo prométeme que a nadie le dirás lo que estás a punto de ver, ¿entendiste?

El menor cabeceó afirmativamente y con suma lentitud, entonces tras un suspiro comenzó a recogerse el cabello del rostro, dejando poco a poco su rostro al descubierto. Lo que Fran vio no lo podía creer, había abandonado su expresión monótona que siempre tiene para colocar una de sorpresa, no era susto o burla lo que podría describirse en su faz, si no, una admiración ante esos ojos que por fin conocía. Eran anaranjados de la parte superior y al descender cambiaban de matices hasta quedar en un morado lavanda, tal combinación tan ficticia e impresionante hacían esos colores un verdadero deleite al verlos.

Bel se tomó su tiempo para permitirle al otro ver y aprenderse esos colores para luego volver a cubrirlos en su larga y rubia cabellera, para decepción de Fran.
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