...

Tu lugar dentro de la oscuridad, como la inocente claridad

jueves, 20 de septiembre de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte IV

cap 3/??
.  .  .

Para poder hablar con Knuckle, Asari esperó el momento hasta que acabase la ceremonia religiosa a la cual no le prestó atención, inconscientemente por deliberar en sus pensamientos en su debate interno sobre si decirle algo al cura o no. Cualquier movimiento que pudiese hacer lo tendría que hacer en ese preciso momento o perdería la oportunidad hasta nuevo aviso ya que es de conocimiento general que el pelinegro siempre está yendo a misiones mas frecuentemente que los demás por su rol de sanador en un combate y eso le continuaba dando dificultades al no saber exactamente cada cuando se iba y cuanto tiempo demora en regresar.

Tan ensimismado estaba que no se percato que un joven se interpuso en su camino a hablar con el sacerdote, Asari quiso hablar de mala gana al muchacho que se adelantó a su plan y contestar al puro estilo de G pero al verlo detenidamente descubre que al chico que le intentaba gritar era a su propio hermanito, Takeshi, que hablaba tan animadamente con Knuckle que se olvidó por unos segundos en reparar en su aparición.

Takeshi era fresco y de buen carácter, pero eso también le hacía despistado e incorregible, para el japonés su hermanito tenía mas méritos en la sociedad que nadie, con mucha seguridad podía decirlo al percatarse de las miradas y la repentina indiferencia que sus padres le daban al mas joven, siendo éste el que nunca ha recriminado nada a sus padres y a cambio afrontaba los hechos con una pura sonrisa, verle con tan buenos ánimos a veces se preguntaba si realmente estaba feliz en ese momento o lo fingía, de cualquier modo, en él estaba seguro de poder confiar para conversar con el cura.

-Asari-san, ¡que sorpresa! no esperaba verte por aquí -confesó el pelinegro con una amplia sonrisa al percatarse de la presencia de su hermano. -aunque pensándole bien, siempre vienes aquí así que no debería sorprenderme -rió, desconcertando al cura por el sufijo y el respeto que demostró.

-Takeshi-kun, yo debería decir que estoy sorprendido de verte en este lugar -respondió con tanta normalidad, aún confundiendo al tercero. -¿qué te trae por aquí y hablando con Knuckle?

El chico simplemente rió y desvió la mirada una fracción de segundo, lo suficiente para notificarle a los dos adultos que algo traía en su mente, sacando una coartada.

-venía a hablar con Knuckle-sempai sobre donde encontrarte, pero dado a que has llegado ya no sirve de nada -mintió, pero ahora que sabía que estaba su hermano presente su valor del tema anterior se esfumó y optó por la salida fácil. -me adelantaré a casa, Asari-san, nos vemos -les despidió a ambos con la mano y se marchó ágilmente.

-¿qué quería decirte, Knuckle?

-no tengo idea -colocó la misma cara de confusión que el otro, saliendo rápido del trance. -por cierto, ¿no me habías dicho que son hermanos, tu y el pequeño?

-si, lo somos, pero no entiendo a tu pregunta.

-¿porqué se tratan como extraños? es lo que en extremo no entiendo.

-aaah, con que era eso -se ríe ante el comentario, su interlocutor no encontraba lo gracioso. -es cosa suya -comenzó a mostrar una sonrisa apagada. -en casa siempre habla a todos con respeto.

-igual no lo entiendo pero dejemos zancado el tema mejor, ¿a qué has venido hasta mi?

-quería hablarte de algo, pero no aquí -cambia su sonrisa decaída por una habitual. -vayamos donde G para poder hablar mejor, ¿vale?

...

-¿lograste decirle algo?

-no, lo siento -se encogió de hombros y dio una sonrisa ligera. -mi hermano apareció de repente y antes de poder decir nada tuve que inventar cualquier cosa.

-tsk, tu hermano es un perdedor -comenzaba a desesperarse de no salir de ese problema en el que él y el pelinegro se metieron accidentalmente y aunque dijo un par de improperios, Takeshi no se inmutó y simplemente rió. -¿ahora qué? no podremos decirle nada al cura idiota hasta mas tarde.

-tranquilízate, Gokudera -le tomó de los hombros para relajarlo, obteniendo el efecto contrario. -ya encontraremos alguna oportunidad de volver a sacar el tema, mientras tanto hay que volver para saber que mas está pasando.

-sólo porque me preocupó lo que vi, nada mas -el peliplata se adelantó en el paso mientras que Takeshi iba a sus espaldas, procurando no ser descubiertos yendo a la mansión Vongola.

Un par de chicos listos, pero demasiado curiosos, fueron los segundos en descubrir el oscuro secreto de Vongola Primo. Llegando de sorpresa a la gran mansión y entrando sigilosamente para darles un susto de muerte a sus hermanos mayores, lo cual no les funcionó al verse perdidos dentro de la casona. Dieron vueltas y vueltas por pasillos y corredores diferentes, siempre procurando no ser descubiertos por nadie y, accidentalmente descubrieron un pasillo poco transitado y oscuro detrás de un tapiz y un retrato del Cielo donde pasaron con cautela, como un pasillo mas de su recorrido por la mansión hasta llegar con una única puerta de ébano y plata, curiosamente ésta estaba sin llave, Giotto había salido por su trabajo y era cuestión de minutos en que regresase, lo que ellos aprovecharon para entrar a curiosear.

Para su sorpresa encontraron la mas hermosa de las habitaciones recubierta con peluches y los mas exquisitos muebles y retratos que alguien mas pintó, sobre el cielo, las estrellas y hasta incluso los elementos de Vongola elaborados muy estrechamente y de una forma tan bella que era un deleite a la vista. Ambos adolescentes quedaron asombrados en tan increíble lugar que no repararon que había un chico mas con ellos, en la gran cama adornada con velos celestes y azules, cerrados, evitando ver a quien dormía plácidamente. Como es de jóvenes la curiosidad, corrieron las ligeras cortinas con suavidad para evitar despertar a la persona que ignoraba la presencia de los intrusos.

No terminaron de sorprenderse, y ahora estaban confundidos, ¿porqué había un chico parecido al jefe de sus hermanos encerrado en una habitación misteriosa y retirada de lo demás? Algo no les gustaba en ello y antes de poder sacar conclusiones oyeron un ruido, alertando que si no salían de allí próximamente estarían en un aprieto aún mas grave que ese y la única salida era por la puerta en la que habían entrado, para un susto mayor. No tuvieron mas elección que ocultarse en el gran armario de caoba y encerrarse, aunque el armario fuese grande, no era suficiente para dos adolescentes en pleno crecimiento, y para colmo de males, no se agradaban, pero sus disputas en un segundo pararon en seco cuando oyeron la voz de una persona y al chico despertarse.

-niisama, estás devuelta -le sonrió mientras se frotaba un ojo, aún cansado. ¿niisama? ¿acaso la persona que le encerró es su hermano?

-lo siento, Tsuna, hubieron cosas que hacer -se excusó con una sonrisa el rubio hasta llegar con el castaño y besarle tiernamente en la comisura de los labios, sobresaltando a los espías, que intercambiaban miradas de confusión.

-¡¿qué demonios está pasando?! -susurró lo mas que pudo Hayato, no pudiendo ocultar su impresión. -¡¿son hermanos?!

-calma, Gokudera -susurró también, tratando vanamente en calmar a su compañero cuando él también estaba en shock, sin hallar argumento válido para justificar tal acción. -debe haber alguna explicación lógica para algo así.

No pasó ni cinco minutos cuando el rubio comenzó a besar mas apasionadamente al chico, alimentando el morbo y la impresión del momento a los otros chicos. El mas mayor de los presentes comenzó a acariciar la espalda del castaño hasta llegar a la cintura mientras él abrazaba por el cuello al rubio, pegando mas su cuerpo al de él, las manos del mayor iban subiendo y bajando por la espalda del chico, dándole ligeros masajes en las partes en las que llegaban, relajándolo de cualquier tensión que tuviese. No soportándolo mas, Giotto tiró a la cama a su hermanito y él se posicionó arriba suyo, evitando cualquier movimiento a otras direcciones pero Tsuna tenía la mínima intensión de irse, para asombro de sus acompañantes.

-Takeshi-kun, ¡Takeshi-kun! -era la cuarta vez que Asari le llamaba la atención a su hermano durante la hora de comida, el chico estaba mas que distante y con una visible preocupación por algo, ¿por qué?

-déjalo Asari -intervino G. -debe estar fantaseando sobre alguna chica o sus entrenamientos béisbol.

-lo siento, Asari-san, G-san -se disculpó el menor, ganando una reprimenda por parte del peliplata, que estaba sentado a lado suyo mientras que sus hermanos se situaban delante de ellos. -no he dormido bien, disculpen -sonrió para no alertar a nadie, pero ni él estaba seguro de creerse su propia farsa.

Habían sido interceptados antes de llegar a la mansión Vongola por Asari, que al preguntarles el motivo del por qué iban a la zona de trabajo de ellos, no tuvieron mas opción que decir que iban de visita, así que el mayor pelinegro, con una sonrisa adornándole el rostro, les invitó a comer a la gran casa y no hubo mas remedio que aceptar. Ahora se encontraban en el comedor con Asari y G, echando a tierra el plan que tenían de hablar directamente con Primo, o mas bien, de robarle la llave al jefe de sus hermanos para rescatar al chico, que temían lo peor.

-si te sientes tan cansado deberías haberte quedado en casa -su hermano estaba preocupado, pero igualmente el moreno negó con la cabeza.

-estoy bien, Asari-san, un poco de esfuerzo físico he hecho en los entrenamientos, es todo.

-ya veo...

Antes de comenzar una plática con ellos, se apareció el rubio cenizo en el comedor para recoger un par de papeles que el pelirrojo tenía, la alondra no se detuvo a reparar en la presencia de los jóvenes por lo que antes de salir de la habitación, sentencia:

-no lo hagan mas difícil que es molesto -todos voltearon a ver la espalda del rubio, que aún no se volteaba a verles y continuó. -aquí todos sabemos exactamente lo mismo, no perturben mi trabajo -sin mas, se retiró.

¿exactamente lo mismo?

-¿a qué se refiere Alaude, Takeshi-kun? -intentó no mostrarse nervioso, cosa que no le resultaba demasiado a sabiendas de que iba el tema.

-Asari -intervino el pelirrojo, claramente hastiado. -ya se han enterado de lo que ocurre.

Volteó a verles amenazadoramente, mirada que les trasculcó hasta el alma buscando una explicación en la que ambos jóvenes no repararon en dársela, y como si estuviesen ante el mismo demonio comenzaron a confesarse antes de que les fuese peor de lo que ya.

-la culpa la tiene el metido de Alaude -se defendió Gokudera. -queríamos hablar de esto con su jefe.

-¿conocen la situación, Hayato-kun? -el aludido asintió. -G...

-no hablemos mas de esto, y que quede claro -todavía les veía con esa mirada acusadora que tenía, no dándoles ánimos ni tiempo a los menores de decir nada. -no harán nada porque con seguridad harían algo estúpido y estamos para resolver el problema. No se metan -sentenció.

Ya no pudieron seguir objetando nada porque ambos adolescentes llegaron a la misma conclusión, G tenía mirada de bisturí, aquella mirada que saca a flote todos tus secretos al revisarte hasta las mismas entrañas. Asari y G tendrían que hablar con Alaude junto a Knuckle ahora.

...

tardé una vida lo sé y lo siento ;W; pero ya estoy de regreso! wii