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Tu lugar dentro de la oscuridad, como la inocente claridad

martes, 3 de abril de 2012

fanfic projecto 3: G27 parte III

cap 2/??
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En su tanto, dentro de las profundidades de Vongola, Giotto caminaba con parsimonia hasta un oscuro pasillo y antes de adentrarse en éste se cercioró de que nadie le viese pasar por allí ya que se supone que dicho pasillo no existe dentro de la instalación. Una vez asegurado el éxito se procede con cautela, o en su caso, caminar un poco mas rápido que cuando entró y al término del espeluznante lugar se hallaba una única puerta entallada de ébano, con toques plateados a los costados la cual abrió tras colocarle la llave que la mantenía cerrada y pasó con delicadeza para volver a cerrarla detrás de sí.


-Tsuna, ¿estás aquí? -pregunta irónica, pero dado que la habitación es muy amplia, el menor puede ocultarse en cualquier lugar.


Rápidamente un chico en sus 15 años le cayó al mayor desde el techo (Sabrá Dios como llegó) logrando así derribarlo al suelo, donde se encontraban un ciento de peluches de todo tipo de animal, forma y tamaño. El chico comenzó a reír al notar que su plan había funcionado.


-muy gracioso, ¿no? -aún en el suelo, con una mano bastó para derribar también al castaño y colocarlo a lado de él para luego abrazarlo posesivamente.


-lo siento pero estaba aburrido -se justificó a la par que se apartaba unos centímetros de su hermano para poder respirar. -escuché tus pasos y comencé a arreglar todo -dicho eso se levanta del suelo y le tiende una mano al rubio para ponerse de pie.


-parece que te aburres un poco -se puso de pie y miró alrededor. La habitación, que era tan ordenada, limpia y hermosa terminó como consecuencia de una fiesta con droga de adolescentes. -lamento dejarte de lado, pero tengo mucho trabajo como ya te había dicho.


-lo sé, por eso no he pedido que vinieses -sonrió tristemente y luego se echó a andar en el lugar para poderlo reordenar.


Por mas que le doliese a Giotto reconocerlo, últimamente había dejado a Tsuna en segundo plazo y lo mas divertido que tenía el castaño en tan solitario lugar era en desordenar y reacomodar las cosas que él mismo tiraba, algunas veces que su hermano llegaba de visita dejaba la habitación tal cual por unos cuantos días para cuando no hubiese mas quehacer, ponerse a limpiar. Veía películas y leía muchos libros de los que Giotto le compraba pero ya les eran muy aburridos y el escribir o dibujar también le había cansado al tener que hacerlo tanto tiempo; lo que lo salvaba del aburrimiento era una simple campanilla que se encontraba en el umbral de la puerta, a lado del picaporte, una campanilla dorada que al mecerla sobre su mango, emanaba un sonido que traspasaba toda la mansión Vongola, dando un aire de tranquilidad a toda la gran casa y esa era señal de que Tsuna le requería con él. Pero las veces en las que sonaba la campanilla iban siendo cada vez menos ya que la mayor parte de las veces que la sonaba, el rubio no se presentaba y así estuvo una vez a punto de morir por fiebre nuevamente, hasta que Asari siguió el sonido hasta la habitación y le ayudó, después de eso no ha tenido mas contacto con el exterior. Aunque ame a su ángel, incluso había una cosa que él no sabía y temía que se enterase.


-niisama -llamó la atención de su hermano, que también comenzó a limpiar el tiradero del castaño. -¿me puedes contar otra historia del exterior? -sonrió para ocultar sus verdaderas intenciones y se fue a sentar en el borde de la cama, haciendo el ademán de sentarse al rubio quien le siguió obediente.


-¿porqué la curiosidad esta vez? -sonrió sin percatarse de nada. -¿volviste a ver una película a media noche?


-no es eso -rió y sonrió satisfactoriamente. -es que estaba escribiendo una historia acerca de un mundo lejano, pero no me doy ideas de como continuar y si escucho una de tus historias me será mas fácil inventar lo siguiente -bien, no era del todo mentira, lo que realmente escribía era su propia historia, solo que de un modo mas melancólico y solitario, ya no le bastaba con imaginar el mundo real, quería vivirlo pero si se lo decía probablemente le daría un infarto a su hermano.


-¿con que era eso entonces? -el chico asiente. -bien, puedo contarte otra historia de Asari si quieres, sus historias siempre son divertidas -con esa frase su hermanito echó a reír al recordar una pasada.


-también una de G-san, o de Alaude-san, ellos a veces hacen cosas graciosas, ¿o será que me mientes? -le miró con picardía a lo que Giotto colocó una expresión de cachorro lastimado.


-yo nunca podría mentirte -se defendió y de pronto recordó. -también tengo historias que ellos me cuentan de sus hermanos menores.


-¿tienen hermanos de mi edad? -su rostro se iluminó pero disimuladamente se apagó. -¿un día los traerías a la casa para conocerlos?


-lo siento Tsuna, pero ellos están ocupados a como me contaron los muchachos, pero si puedo les tomaré una fotografía para enseñártelas -de algún modo el castaño se tragó el cuento, asintiendo. -bien, por lo que sé, Hayato está en clases comunes y en particulares y después de ello tiene clases de piano, es un chico muy dedicado.


-debe ser muy inteligente.


-lo es -suspiró al saber por donde iba el tema. -también está el hermano de Asari, aunque son tan contrarios.


-¿porqué?


-bueno, digamos que a Takeshi no le gusta mucho estar tan metido en la religión como él, pero es líder de un equipo de béisbol por lo tal se queda hasta muy tarde y apenas en su casa le ven.


-es un gran deportista seguramente.


-y un poco desobligado -rió un poco Primo, seguido por Tsuna. -lamento tener que irme nuevamente, solo quería ver como te encontrabas -dijo con un deje de culpa por como trata a su único familiar mientras se ponía en pie para marcharse del lugar.


-no te preocupes, niisama, regresa cuando puedas -sonrió sin dejar mostrar su decepción. Tanto tiempo encerrado lo había hecho perfecto en las mentiras.


El mayor le besó con dulzura la mejilla y se fue, volviendo a cerrar bajo llave aquella puerta tan alejada del mundo. Giotto se sentía culpable ahora, pero tenía la idea perfecta de como corregir su conducta una vez esté libre de tanto trabajo, se lo arrojaría todo a G o al primero que pase, pero de que verá a su hermano esa noche, lo iba a hacer.


-no jodas -a menos que sea G quien lo evite. Aún atónito por el descubrimiento de Asari. De todas las personas, el pelirrojo podría jurar sin temor a ser en vano que su mejor amigo nunca le ocultaría nada, mucho menos la existencia de aquél familiar que tan seguro estaba de que el rubio le había dicho que estaba desaparecido, ya no quiso saber mas de la historia y, negándose a mas comentarios llegaron de regreso de su misión. Si G tenía un humor volátil cuando le provocaban, hoy era un día donde era preferible morir a estar cerca de él. A pesar de haberse entendido bastante bien con Asari acerca de qué movimiento hacer ahora, estaba exaltado y lleno de nervios al no saber como reaccionar si se encontrase con su jefe en cualquier momento. Por un lado tenía mas ganas de matarlo y darle una larga lista de impropios diciéndole de hasta lo que iba a morir, pero por otro lado primero debía (golpearse con alguna superficie) entender la situación y entender a Giotto, conocer su naturaleza y su forma de ser. Ser tan bruscos con él no ayudaría en nada y él lo sabía, tenía que pensar como el rubio para poder así saber los motivos de tan extraña situación pero tantos pensamientos lo han hecho ausente de toda cosa y eso lo pagaría mas adelante.


Por su parte Asari, ignorante del torbellino de sentimientos que destacaba la mano derecha de su jefe, iba a encaminarse a escuchar las palabras de Dios, una Iglesia apartada de la mansión a la que siempre va al término de éstas para orar a los que habían dado su vida aún si los conociese o no y al llegar al recinto no pudo contener su sorpresa al descubrir al ex boxeador dando la ceremonia de esa tarde. Así que el japonés se propuso a dar su siguiente movimiento, con la persona que le tendría mas confianza dentro de la Familia.


Ahora debía hablar con Knuckle.
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Continuará

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